Debatamos en esta época navideña sobre la inconveniencia de recibir regalos enviados a la redacción.
¿Pueden convertirse estos regalos posteriormente en sobornos a los periodistas? ¿Debo asistir a fiestas navideñas ofrecidas por mis fuentes? ¿Es correcto aceptar regalos de empresas que pautan en el medio donde trabajo?