En época electoral, las redes sociales están hechas un hervidero. Estas son algunas de las razones por las que tal vez sea momento de hacer una pausa.
Las semanas después de la primera vuelta presidencial siempre son agitadas. Es el momento de tomar posiciones, y todo el juego político está en ebullición. Eso se nota en las redes sociales, donde el discurso está aumentando tanto en volumen como en intensidad.
El problema es que ese ambiente hace difícil la reflexión. La agresividad suele generar más agresividad, y cada vez es más difícil resistirse a caer en ese círculo. Además, la decisión que debemos tomar este 17 de julio es demasiado importante como para tomarla a los gritos.
Por eso, creemos que quizás sea buena idea tomarse un respiro de las redes sociales. No tiene que ser algo definitivo; un par de días lejos del bullicio nos podrían hacer mucho bien. ¿Por qué?
Podría ayudarte a informarte mejor
La ‘infoxicación’ o sobrecarga informativa es una idea que hace unos años estuvo muy de moda. Básicamente, se trata de que el acceso y consumo de demasiados contenidos informativos no ayuda a tener mejor información, sino todo lo contrario: cuando tenemos acceso a más información de la que podemos procesar, al final no la utilizamos de manera óptima y nuestros procesos cognitivos no funcionan tan bien como podrían hacerlo.
Quizás eso esté pasando en este momento: seguir el ajedrez de las alianzas, la minucia de las movimientos y las reacciones de parte y parte seguramente no nos va a ayudar a tomar mejores decisiones, sino que simplemente nos va a sobrecargar.
Renunciar a las redes sociales por unos días y consumir medios más reposados, como sitios de noticias, medios tradicionales o recursos informativos de buena calidad, podría ayudar a que nuestra perspectiva sea más clara a la hora de votar.
Podría mejorar tu salud mental
Un estudio realizado en la Universidad de Illinois encontró que quienes pasan más de dos horas al día en redes sienten más niveles de aislamiento social que quienes no lo hacen. Otra investigación en esa misma universidad concluyó que el uso de redes sociales como ‘métodos de escape’ de la realidad —es decir, para "desconectarse o distraerse de lo que ocurre en el mundo real a su alrededor"— tiene relación con mayores niveles de ansiedad y depresión.
También se ha observado que el mal humor en redes sociales tiene una especie de ‘efecto contagioso’: quien lee publicaciones malhumoradas en Facebook tiende a perder su buen ánimo. Además, un grupo de investigadores de universidad de Nottingham Trent, en el Reino Unido, concluyó que “la adicción a las redes sociales es un problema que podría requerir de tratamiento profesional”, según reporta la BBC. Hay decenas de investigaciones que han llegado a conclusiones similares.
Eso no quiere decir que ahora tengamos que graduar a las redes sociales de enemigas de la salud mental. Estos solo son indicios, y falta mucha más investigación para llegar a una conclusión concluyente. De todos modos, sí queda claro que tenemos que tener mucho más cuidado con la manera en la que las usamos.
Nos permitirá decidir con tranquilidad
“En redes uno se siente atacado y con ganas de atacar”. La activista y docente Nadia Rojas explicó así su decisión de salirse de Facebook, Twitter y WhatsApp por unos días, mientras decidía su voto para la segunda vuelta. “Dialogar de verdad, estar dispuesto a escuchar de verdad y que otros te escuchen es el ejercicio más sano de la política”, añadió.
Si sientes que la conversación se esté haciendo tóxica, y que es difícil pensar despacio y expresarse sin recibir ataques, tal vez buena idea parar y salir de ahí. Si sientes ansiedad o aprehensión cuando estás en Twitter o Facebook, es una señal de alarma.
Es un asunto de sentido común: cuando hay que decidir algo importante, es buena idea hacerlo con calma. Salir del bullicio, tomar aire y distraerte puede ayudar a poner las cosas en perspectiva.