La clave está en entender que “los afectos no se construyen a la misma velocidad de la tecnología”, dice una terapeuta de pareja.
Las historias abundan: peleas por el ‘estatus’ de la relación en Instagram, por un ’like’ en Instagram o por una conversación con la persona incorrecta. Para algunas relaciones las redes se han convertido en un “arma de doble filo”, como dijo una persona que llegó a nuestro grupo de Facebook pidiendo consuelo.
Para la terapeuta de pareja Catherine Salamanca, “las redes generan cierta facilidad para los malentendidos”. Por un lado, hacen que sea muy fácil mantener comunicaciones y conexiones con muchas personas; y por otro lado, ayudan a crear una presencia pública de cada persona, en la que su situación sentimental puede o no jugar un rol importante. Mal manejadas, estas dos situaciones pueden disparar miedos, ansiedades e inseguridades que se convierten rápidamente en conflictos de pareja.
Además, la experta asegura que “los afectos no se construyen a la misma velocidad de la tecnología”. Mientras que compartir o publicar una foto o un contenido es un acto que a menudo tiene consecuencias inmediatas, conocer a la otra persona y crear una relación sólida toma tiempo, y para algunas parejas es difícil conciliar esos dos ritmos.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de conflictos de pareja por causa de las redes sociales? Y, ¿cómo manejarlas?
¿Por qué le diste ‘like’?
La buena noticia es que las redes sociales no necesariamente son fuentes de peleas y malestar entre las parejas. La mala noticia es que “la mayoría de estas discusiones que causan las redes se deben a desconfianzas o conflictos previos”, como explicó Salamanca.
Para Salamanca, las redes son “una especie de tercero en la relación”, y su impacto depende de la etapa en la que se encuentre la pareja —no tienen el mismo impacto en un noviazgo de meses que en un matrimonio de décadas— y de la salud de la relación.
Las redes son “una especie de tercero en la relación”: Catherine Salamanca
Por eso, evitar conflictos depende de manejar a este ‘tercero’ de una forma adecuada, dice la experta. Una acción en redes puede desencadenar una crisis de pareja si no hay acuerdos genuinos entre la pareja sobre lo que es aceptable. Por eso, la forma saludable de enfrentar estas situaciones es construir estos pactos y respetarlos, teniendo en cuenta siempre las necesidades de los dos.
¿Me estás escondiendo?
Las redes sociales ofrecen muchas vitrinas para que las parejas se muestren y manifiesten sus apegos: los ‘estatus’ de relación en Facebook, las fotos de perfil, las historias de Instagram o Snapchat o incluso los perfiles en sitios de música como Spotify.
“No todas las personas tienen el mismo tipo de apego”, explica Salamanca. Mientras que algunos son felices publicando todo el tiempo su vida juntos en redes sociales, otros optan por no mantener mucho contacto con sus parejas por medio de herramientas digitales y prefieren una interacción cara a cara.
La psicóloga explica que, en algunas ocasiones, esto está relacionado con el nivel de confianza en sí mismo que tiene cada persona. “Algunos necesitan sentir que cuentan con la otra persona todo el tiempo, otros no”. Lo importante, anota, es lograr entender cuáles son las necesidades de la pareja y darle lo que necesita.
Pequeñas infidelidades
Salamanca asegura que la infidelidad va más allá de algún contacto físico con una persona que no sea tu pareja. La línea está en “depositar energía en alguien más cuando deberías estar pendiente de tu pareja”, dice Salamanca.
Las capacidades de comunicación de las redes sociales hacen que “los tipos de infidelidad ahora sean más sutiles: no es lo mismo enviarle un ‘emoji’ de carita feliz a alguien, que enviarle uno con ojos de corazón”, dice. “Hay cierto ‘toque’ emocional diferente”.
Cuando eso ocurre, normalmente hay un problema más de fondo que hay que solucionar. “Si quitas la red social, la discusión va a seguir estando ahí”.
Usar las redes para evitar los problemas
Muchas veces, los reclamos de pareja por pasar demasiado tiempo en una red social tienen que ver con un hábito de escapismo. Estar ‘sumergido’ en la pantalla del celular es una táctica que muchas personas utilizan para evitar las situaciones difíciles o incómodas.
Puede que leer los ‘tuits’ de turno sean más agradables que sobrellevar una situación incómoda, pero a largo plazo eso no es saludable para tu relación. Como dice Salamanca, “eso no es saludable, lo mejor es enfrentar las discusiones”.