Una investigación encontró que las personas que tienen un mayor pensamiento analítico tienden a creer menos en las noticias mentirosas.
Mucha gente cree en mentiras. ¿Por qué? Los psicólogos, sociólogos y economistas que estudian el tema se debaten entre dos hipótesis. O bien la gente tiende a creer las mentiras que estén de acuerdo con sus creencias políticas, o bien la gente que tiende a llevar a cabo ciertos procesos cognitivos, como el pensamiento crítico o la apertura mental, cree menos en ellas.
Un estudio reciente, hecho por investigadores de la universidad de Yale en Estados Unidos, ofrece evidencias de esa última idea. Tras realizar pruebas con más de 3.400 voluntarios, los resultados, publicados en un artículo en la revista académica Cognition, “sugieren que la susceptibilidad a las noticias mentirosas se debe más al pensamiento perezoso que a los sesgos políticos en sí mismos”.
¿Qué es pensamiento perezoso?
La teoría en la que se basa este estudio sugiere que el cerebro de los seres humanos normalmente funciona por medio de dos ‘sistemas’, uno ‘rápido’ e intuitivo y otro ‘lento’ y analítico, pero costoso de usar en términos de energía y recursos cognitivos. No todas las personas usan los dos en las mismas situaciones, y quienes más usan su sistema ‘rápido’ son quienes más frecuentemente ‘piensan de forma perezosa’.
Para medir eso, a los voluntarios se les pidió responder un test de reflexión cognitiva, que busca medir qué tanto las personas tienden a involucrarse en procesos mentales que requieren de capacidad de análisis. Es una serie de preguntas como esta: “Un bate y una pelota cuestan $1,10 en total. ¿Si el bate cuesta $1 más que la pelota, cuánto cuesta la pelota?” Si respondiste que la pelota cuesta $0,10, lamentamos decirte que probablemente tienes una mente perezosa (vale $0,05).
Después, les preguntaron sobre su filiación política (si eran demócratas o republicanos) y les presentaron una serie de titulares mentirosos, algunos de los que estaban de acuerdo con su posición y otros en contra. Luego, les pidieron decir cuáles de ellos les parecían más creíbles. Finalmente, el ejercicio se repitió con titulares verdaderos de medios con buena reputación.
Pensar para creer (o no)
Los resultados mostraron que, entre mejores resultados tenía una persona en el test cognitivo, mejor podía identificar la veracidad o falsedad de un titular. En cambio, quienes tenían resultados más bajos en el test cognitivo tenían más dificultades para saber cuándo un titular era cierto o no.
Lo interesante es que esta tendencia se mantuvo aún cuando los contenidos iban en contra de sus creencias políticas —aunque la filiación sí tuvo un pequeño efecto en los resultados. Mejor dicho: los demócratas que no tenían un pensamiento perezoso tendían a identificar cuándo un titular pro-demócrata era verdadero o falso, y también tendían a identificar (aunque con un poco menos de efectividad) la veracidad de una nota pro-republicana.
Con los republicanos pasaba lo mismo: las personas más analíticas en general podían discernir mejor la veracidad o falsedad de un contenido, aunque eran capaces de hacerlo un poco mejor con las notas pro-republicanas.
Por eso, los investigadores concluyen que la capacidad de pensar analíticamente sí juega un papel en la creación de ‘defensas’ contra la desinformación, y sugieren que “las intervenciones que buscan que el público sea más consciente a la hora de consumir noticias tienen potencial”. En la medida en la que las audiencias se enfrenten a los contenidos desde una postura crítica, la desinformación tiene más difícil su camino para avanzar.