El CEO del gigante tecnológico le resta importancia a un producto que reprimiría la libertad de pensamiento.
Google planea lanzar una versión censurada de su buscador en China que incluirá en una lista negra páginas web y términos relacionados con los derechos humanos, la democracia, la religión y la protesta pacífica. Este prototipo de buscador, ideado para dispositivos Android, también vinculará las búsquedas de los usuarios con sus números de teléfono, lo que facilita que el gobierno chino pueda supervisar las consultas de las personas, según The Intercept.
El proyecto, conocido como Dragonfly, ha estado en marcha entre el CEO de Google, Sundar Pichai, y un funcionario del gobierno chino desde el año pasado, según documentos de Google revelados en agosto por The Intercept. Políticos y otros grupos en defensa de los derechos humanos solicitaron a la empresa que diera explicaciones sobre Dragonfly, pero hubo cierto hermetismo hasta la semana pasada.
Sundar Pichai abordó públicamente los planes de su compañía para volver a ingresar al mercado chino después de 8 años con un producto orientado a las noticias y la búsqueda, y le dijo a la multitud en el 25 aniversario del magacín Wired que dicho servicio podría atender el 99 por ciento de las consultas. Pichai describió el mercado chino como “importante para que lo exploremos” debido a su gran tamaño e hizo referencia a la alta probabilidad de que se convierta en la población de internet más grande y lucrativa del planeta.
Aunque Pichai aseguró que los planes de Google en China son muy preliminares, está claro que las reacciones dentro y fuera de la compañía solo han sido verbales y se intensificarán en los próximos meses. Numerosos empleados firmaron una carta abierta donde le piden a Google que abandone el proyecto, que los críticos temen que suprima la libertad de expresión en China y que el gobierno lo use como un medio para silenciar a los disidentes y vigilar a los ciudadanos.
El Congreso de los Estados Unidos y la Casa Blanca han expresado su desaprobación, calificando al producto como una potencial amenaza para la democracia y una manera de “fortalecer la censura del Partido Comunista y comprometer la privacidad de los clientes chinos”, en palabras del vicepresidente Mike Pence, como lo indica The Verge.
Dragonfly reprimiría la libertad de pensamiento
En septiembre, fuentes cercanas al proyecto revelaron a The Intercept que Dragonfly vinculará el dispositivo Android del internauta con su número personal. Esto significa que las búsquedas de los cibernautas podrían rastrearse fácilmente, y cualquier usuario que consulte información prohibida por el gobierno corre el riesgo de ser interrogado o detenido si las agencias de seguridad obtuvieran los registros de búsqueda de Google.
“Esto es muy problemático desde el punto de vista de la privacidad, ya que permitiría un seguimiento y una descripción más detallada del comportamiento de las personas”, dijo Cynthia Wong, investigadora principal de internet en Human Rights Watch. “Vincular las búsquedas a un número de teléfono podría hacer mucho más difícil para las personas evitar el tipo de vigilancia gubernamental excesiva que está generalizada en China”, añadió Wong.
Dragonfly sería operado como parte de una asociación de “empresa conjunta” con una compañía con sede en China continental, aclaran las fuentes a The Intercept. Las personas que trabajan para la empresa conjunta tendrían la capacidad de actualizar las listas negras de los términos de búsqueda, lo que plantea nuevas preguntas sobre si los ejecutivos de Google en los Estados Unidos podrán mantener un control y supervisión efectivos sobre la censura.