Universo Centro crea un espacio de conversación sobre la pandemia y experimenta en el mundo digital

Universo Centro crea un espacio de conversación sobre la pandemia y experimenta en el mundo digital

Un periódico de tradición impresa vio en la crisis por el COVID-19 una oportunidad para embarcarse en el mundo digital e incursionar con nuevos formatos, lenguajes y dinámicas con su audiencia.

Juan Fernando Ospina, Alfonso Buitrago y Pascual Gaviria, de Universo Centro, tienen por sede el segundo piso de un bar en el centro de Medellín. Foto: cortesía Universo Centro.
César López Linares

Ante la incertidumbre por la llegada del coronavirus a Colombia, y apenas el espacio público se vació y la gente se resguardó en sus casas, el periódico mensual Universo Centro se dio cuenta que esa realidad demandaba una mirada profunda, más allá de la vorágine informativa. 

Por ello se dio a la tarea de crear un espacio para generar una conversación sobre lo que estaba ocurriendo, desde puntos de vista no solo periodísticos, sino también de otras disciplinas.

Pensar la Quarentena es la plataforma digital con la que Universo Centro se lanzó a experimentar con formas narrativas y lenguajes a los que no estaban acostumbrados. Sus creadores lo definen como un “laboratorio colectivo con calle y reflexión que busca promover el contacto en tiempos de aislamiento”.

“Se nos ocurrió que debíamos montar un sitio, sobre todo para hacer memoria de lo que estaba pasando y para tratar de contribuir un poco a entender qué significaba en ese primer momento el encierro”, dijo Alfonso Buitrago, redactor de Universo Centro y una de las mentes detrás de Pensar la Quarentena. “Lo innovador es cómo abordar un tema coyuntural con mucha incertidumbre en una propuesta muy amplia, con muchas voces. Es una conversación multidisciplinaria en torno a la pandemia, con un liderazgo periodístico”.

El proyecto nació cuando el 25 de marzo se declaró el inicio de la cuarentena en Colombia. Buitrago y Pascual Gaviria, editor de Universo Centro, salieron a las calles vacías casi de manera espontánea a tomar nota de lo que se estaba viviendo. Se les unió Juan Fernando Ospina, fotógrafo y director de la publicación, quien captó esa realidad en imágenes. 

Esas observaciones se convirtieron en hilos de Twitter que se repitieron una vez por semana, lo cual significó una nueva forma de reportería y escritura colectiva a la que llamaron Reportería en Quarentena.

“Esos hilos de Twitter son escritos a cuatro manos en una escritura que fue surgiendo muy colaborativamente. Empezamos a escribir en (Google) Drive; Pascual escribió unos nudos, yo escribía otros. Eso lo movíamos, lo mezclábamos”, contó Buitrago. “Nos impuso una lógica muy distinta y nos cambió totalmente la manera de trabajar”.

A eso se sumó #SOSCreativirus, una convocatoria en Instagram que invita a creadores profesionales y amateurs a compartir ilustraciones sobre cómo enfrentan la pandemia y el encierro. 

Menos de un mes después, los hilos y las imágenes fueron llevadas a lo que hoy es el micrositio de Pensar la Quarentena. Se sumaron otras secciones que recopilan ensayos, crónicas y piezas literarias sobre la pandemia. El equipo también convocó a su audiencia a compartir escritos en primera persona, con lo que conformaron una especie de diario colectivo.

El proyecto sumó un canal más de conversación, en video: Conversas, una sección de entrevistas vía StreamYard en la que se da espacio a todo tipo de voces para abordar el tema de la pandemia.

“Todo el mundo quiere hablar: el experto más experto, las empleadas domésticas, los profesores, los rectores de colegio… Todo el mundo siente que tiene una experiencia especial que contar y que ha vivido esto de una manera particular que vale la pena decirlo”, dijo Gaviria.

Las Conversas se transmiten cada domingo a las 11:00 a.m. simultáneamente en el sitio y en el canal de YouTube de Universo Centro. Hasta agosto de 2020 se habían realizado 25 programas.

El equipo de Pensar la Quarentena se dio cuenta del especial impacto que tenían sus charlas con especialistas de la salud y autoridades sanitarias, quienes en radio y televisión encuentran espacios limitados para tratar temas complejos. La conversación con la directora del Instituto Nacional de Salud de Colombia, transmitida el 2 de agosto de 2020, se convirtió en la más exitosa, con cerca de 7.000 vistas. En segundo lugar, con casi 4.000 vistas, está la charla sobre el pico de la pandemia con médicos especialistas.

“Esas entrevistas que se hacen en los medios tradicionales son entrevistas muy cortas, que tienen de alguna manera ese afán inquisitivo: casi que lo que llamamos aquí el ‘sistema radial acusatorio’, y no dejan muchas veces desarrollar los temas, las ideas a los personajes”, dijo Gaviria. “Llevábamos como tres meses (de cuarentena) y nunca nadie le había dado una hora a la directora de la estrategia en Colombia. Tuvo que ser un medio como Universo Centro, en un espacio relativamente marginal, para encontrar eso”.

Los creadores de Pensar la Quarentena consideran que la principal novedad de su proyecto es no solo generar una conversación alrededor de un hecho coyuntural, sino darle cobertura también desde el interior, desde cómo lo vive la gente.

“Lo innovador es pensar que el periodismo también puede utilizar los recursos que da la creación y el arte”, dijo Ospina. “Cuando vemos en conjunto las crónicas, los ensayos, las fotografías y el trabajo artístico de los creativos, no solamente estamos dando un cubrimiento hacia afuera, sino hacia adentro también; no solo hacia el mundo exterior, sino también a las cabezas de las personas que están participando”.

Una dinámica que atrae audiencia y patrocinadores

Universo Centro cuenta con una base sólida de audiencia ganada gracias a su tiraje mensual de 20 mil ejemplares. Y parte de esa audiencia ve en el periódico no solo un medio para consumir contenidos periodísticos, literarios y artísticos, sino también como un espacio donde los lectores pueden expresarse.

“Desde el segundo o tercer número de Universo Centro ya estábamos recibiendo colaboraciones, unas de personajes conocidos, otras de personajes totalmente anónimos que veíamos que mandaban historias, textos, fotografía de muy buena calidad”, dijo Ospina. “Hacía falta, al menos en Medellín, un espacio donde esta gente encontrara un lugar para darse a conocer y para publicar y yo creo que por supuesto eso fue fidelizando una audiencia dentro de estos creadores”.

A raíz de Pensar la Quarentena, los seguidores en las redes sociales del periódico se han ido incrementando a un ritmo de entre 500 y 600 mensualmente. Solo en abril, Universo Centro registró 168 nuevos suscriptores digitales, para un total de 228 hasta julio.

Pero además, el formato y las formas narrativas del proyecto también llamaron la atención de potenciales patrocinadores interesados en una plataforma similar pero con temas relevantes para Medellín.

“Han surgido dos o tres empresas que quieren que Universo Centro haga un proyecto parecido a Pensar la Quarentena pero con temas locales, de coyuntura. Entonces es posible que tengamos una nueva sección de opinión con estos temas locales. Y la gente está feliz con los Conversas del domingo y mucha gente nos dice ‘hey, ¿para cuándo las conversas de otros temas?’”.

Dado que Universo Centro es un periódico gratuito, Pensar la Quarentena pudo ser financiado gracias a parte de las pautas que el periódico tenía contratadas para su versión impresa. Además, el proyecto resultó ganador del Estímulo para el Arte y la Cultura de la Alcaldía de Medellín, que fue lanzado en abril para promover la creación cultural en tiempos de distanciamiento social.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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La pandemia: el mejor pretexto para saltar al mundo digital

Fue en 2008, en el Bar El Guanábano, en el Centro de Medellín, cuando un grupo de amigos concibió Universo Centro como un periódico de opinión, creación y entretenimiento alternativo, al estilo de los suplementos de fin de semana de los grandes diarios. La publicación es de tradición impresa, pero también cuenta con una página web que reproduce los contenidos sin agregar mayor contenido.

Los editores sabían que tarde o temprano tendrían que ampliar su presencia digital y abordar nuevos lenguajes, pero no estaban seguros de cuál era la mejor forma de hacerlo. Entonces llegó la pandemia.

Al ser un periódico gratuito, sus principales canales de distribución eran cafés, bares, restaurantes, universidades y bibliotecas, todos ellos recintos que fueron cerrados por la emergencia sanitaria. Además, el costo de impresión era de casi el 40 por ciento de sus costos producción totales. Universo Centro se dejó de imprimir en abril y fue entonces que centraron su atención en el ciberespacio.

“Hacía mucho rato esperábamos el momento para dinamizar un poco más nuestra página web”, dijo Ospina. “Sabíamos que teníamos que dar este paso. Lo que hizo la llegada de la pandemia fue como echarnos al ruedo mucho más rápido para tener en cuestión de un mes un sitio con el cual nosotros pudiéramos estar en contacto con nuestros lectores y seguidores, y eso se volvió Pensar la Quarentena”.

El proyecto se convirtió sin querer en un experimento sobre el que podría ser el futuro del sitio principal de Universo Centro: un espacio que siga publicando crónicas, ensayos, ficción y fotografía, pero que también incursione en temas de coyuntura y de interés para la ciudad con nuevos lenguajes y formatos.

“Hace falta una voz para muchos temas, temas de opinión. Hay un vacío ahí y nos dimos cuenta que el periódico puede estar llamado a llenar ese vacío, que (Universo Centro) es visto por mucha gente como una opción para llenar ese vacío”, dijo Gaviria.

Cuando la pandemia termine y la incertidumbre sea tema del pasado, los editores de Pensar la Quarentena prevén que la plataforma quede para la posteridad como un sitio de memoria.

“Esas historias envejecen bien de alguna manera y dan alguna mirada de cómo se trató el tema, cómo lo vivió la gente, las expectativas que había, los intereses de la gente durante la cuarentena, los intentos del gobierno de superar esto. Entonces yo creo que hay que tenerlo como un sitio de historia, de memoria de un momento especial”, dijo Gaviria.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Aprendizajes

Los cerebros detrás de Pensar la Quarentena compartieron los principales aprendizajes que han adquirido desde el lanzamiento de la plataforma:

1. El periodismo colaborativo enriquece.

“Trabajar colaborativamente produce nuevo conocimiento. Parece como una verdad de estas obvias, pero creo que no habíamos trabajado juntos colaborativamente y no habíamos convocado a mucha gente a ayudarnos a pensar un mismo problema y yo creo que este proyecto ha tenido mucho de eso”, dijo Alfonso Buitrago.

2. Pasar de crear una publicación mensual a un producto digital significó un drástico cambio en la organización del equipo.

“La web te exige otros tiempos, otras dinámicas y de pronto veníamos acostumbrados a ir preparando la edición para cada mes. Aquí (con Pensar la Quarentena) tenemos que estar resolviendo muchas veces las cuestiones más inmediatas, para lo que no estábamos tan preparados”, dijo Juan Fernando Ospina.

3. Los proyectos paralelos sobre temas específicos refrescan los procesos de un medio y generan nuevas formas de hacer las cosas.

“Nos dimos cuenta que el periódico no puede vivir sin un proyecto paralelo, que tiene que estar siempre basado en nuevos temas, nuevos personajes, nuevos formatos”, dijo Pascual Gaviria.

Los referentes de inspiración de Pensar la Quarentena 

Alfonso Buitrago citó dos publicaciones en los que pensó al momento de crear la plataforma digital:

1. El especial “Algo Hemos Aprendido”, de The New York Times.

“Universo Centro es un medio que siempre ha tenido mucha fuerza en lo ilustrado, las ilustraciones, la fotografía, lo artístico. Ese nos parecía un buen referente porque mezclaba el texto con las imágenes”.

2. El sitio Narratively.com

“Nos parecía que ellos también tenían una visión que, más que secciones en realidad son como pequeños sitios autocontenidos”.

Tres productos para conocer Pensar la Quarentena

1. La sección Creativirus, que compila las creaciones audiovisuales sobre la pandemia recibidas a raíz de una convocatoria en Instagram.

2. “Medellín Fúnebre”, un cómic periodístico contenido en la sección Reportería en Quarentena, que fue realizado como hilo de Twitter.

3. La Conversa con la directora del Instituto Nacional de Salud de Colombia, que ha alcanzado el mayor número de vistas en YouTube.

Sobre este proyecto

La Fundación Gabo en alianza con Google News Initiative buscan descubrir, analizar y presentar las más valiosas iniciativas de innovación periodística que se están produciendo en Iberoamérica.

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La selección de casos que se publican en este espacio está a cargo de Ismael Nafría (España), director de la revista National Geographic España, y Olga Lucía Lozano (Colombia), directora de En Modo P. La coordinación del proyecto desde la Fundación Gabo está a cargo de Karen De la Hoz, directora de comunicaciones.

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