Lenguaje tridimensional: el nuevo (y accesible) cambio de paradigma en el periodismo inmersivo

Lenguaje tridimensional: el nuevo (y accesible) cambio de paradigma en el periodismo inmersivo

Los periodistas deben comenzar a aprovechar las funciones de realidad aumentada de las redes sociales para familiarizarse con las narrativas espaciales, dice la experta en lenguajes inmersivos Eva Domínguez.

Cada vez más medios producen contenido en 3D que el usuario puede activar desde su teléfono.
César López Linares

La tridimensionalidad viene a marcar un cambio de paradigma en cuanto a lenguajes narrativos y los creadores deben comenzar a pensar en una narrativa espacial para desarrollar sus contenidos.

Así lo considera la periodista española Eva Domínguez, experta en innovación y narrativas inmersivas, quien habló con la Fundación Gabo sobre las nuevas tendencias en periodismo inmersivo y sobre cómo los medios de comunicación pueden empezar a prepararse para este cambio.

Si bien el uso de la realidad virtual y la realidad aumentada sigue en un estado de experimentación en el periodismo en español, las plataformas digitales cada vez acercan más a los periodistas a estas tecnologías. 

Los grandes medios ya están produciendo contenido en tres dimensiones que el usuario puede activar desde la comodidad de su teléfono inteligente, a través de Instagram o Snapchat, sin necesidad de lentes especiales o de siquiera descargar aplicaciones extra.

El reto, dice Domínguez, es que los periodistas comiencen a experimentar para descubrir qué beneficios aporta la tridimensionalidad a las historias y qué se puede contar mejor con este nuevo lenguaje.

FG. ¿Qué ha pasado con las tecnologías inmersivas en los medios durante el último año?

ED. Este año de confinamiento ha sido bueno para muchas cosas. La tecnología está permitiendo ahora ya por fin que haya plataformas que van a facilitar, a democratizar la creación de muchos contenidos en realidad aumentada, sobre todo. 

El gran boom de 2020 ha sido el enorme avance de la realidad aumentada. La inmersión se estaba focalizando en realidad virtual y en video en 360º, mientras que la realidad aumentada se dificultaba muchísimo.

Pero por la digitalización forzada que hemos vivido durante el confinamiento, hemos avanzado como cinco años de golpe: Instagram, Snapchat, TikTok… todas estas plataformas de redes sociales ya incorporan realidad aumentada. 

Cualquier persona puede crear contenidos en realidad aumentada sin preocuparse por la tecnología y eso va a disparar la producción. 

FG. ¿Se ha consolidado el uso de video en 360º?

ED. Es el área en donde ha habido el máximo de producción porque el video en 360º no se separa mucho del lenguaje que ya conocemos. Es mucho más económico y asequible de producir que otras formas de experiencias inmersivas. El lenguaje de producción es muy similar al que ya conocemos. YouTube te permite subir videos en 360º y hay cámaras 360 que son muy económicas.

El video en 360º es realidad virtual, pero no deja de ser una pantalla en la que no te puedes mover, sino que te envuelve. Lo que ha sido más difícil de encontrar es la realidad virtual tridimensional, en la que realmente tienes la experiencia de moverte en un espacio, porque requiere perfiles y conocimientos distintos y además es más costoso de hacer. 

"Poder activar contenidos de realidad aumentada desde el propio navegador o desde una plataforma como Instagram o Snapchat va a facilitar el consumo y es mucho más democratizador que otro tipo de plataformas".

FG. ¿Estamos hablando de lenguajes elitistas, tanto para los medios como para los usuarios? 

ED. El problema de la realidad virtual es que, si bien se puede experimentar con cualquier dispositivo móvil y unas gafas de cartón, eso es poco ergonómico, te aísla y requiere un esfuerzo excesivo por parte de la audiencia. 

No es que sea elitista porque puedes hacerlo con opciones baratas, pero no es natural, no es ergonómico. Para tener una experiencia muchísimo más inmersiva necesitas un casco tipo Oculus y eso ya restringe mucho el acceso de la mayoría de la ciudadanía y en el ámbito periodístico lo que queremos siempre es llegar al máximo de gente posible.

Yo he apostado más por la realidad aumentada y creo que esta va a tener mucha más penetración porque la vas a activar con el teléfono móvil y un teléfono móvil lo tenemos todos. Poder activar contenidos de realidad aumentada desde el propio navegador o desde una plataforma como Instagram o Snapchat va a facilitar el consumo y es mucho más democratizador que otro tipo de plataformas. 

FG. ¿Dirías que la realidad aumentada y la realidad virtual vienen a marcar un antes y un después en la historia de los medios?

EG. El verdadero cambio de paradigma es la tridimensionalidad, tanto en realidad aumentada como en realidad virtual. Más en realidad aumentada porque la veo más ubicua, más fácil de aplicar, más versátil.

Es un cambio de paradigma porque venimos del 2D en el video y en el papel. La perspectiva es un truco para resolver la falta de una tridimensionalidad. Eso ya no hace falta porque ahora ya vas a tener una narrativa espacial que incluye tridimensionalidad. La pregunta será ¿para qué vas a utilizar esta tridimensionalidad y cuándo tiene sentido utilizarla? La espacialidad es lo importante y es un reto fascinante.

FG. ¿Quieres decir que estas narrativas llegaron para quedarse?

ED. Esto no es una moda, es un lenguaje distinto que viene a transformar. Es un cambio de paradigma de pasar a un lenguaje tridimensional. 

De pronto tienes que pensar espacialmente y no venimos de ahí, venimos de contar relatos en los que te ponen una pantalla adelante. Ahora vamos a activar estos relatos con un móvil, que tiene pantalla pero la percepción es que ya me puedo mover en ellos. Este camino que parecía ciencia ficción hace unos años cada vez está más cerca.

"La gente está utilizando realidad aumentada sin darse cuenta".

FG. ¿Los medios deberían ya estar pensando cómo pueden contar historias con tridimensionalidad?

ED. Sí. ¿Qué aporta la tridimensionalidad a las historias y qué podemos contar? La tendencia es a contar lo mismo en forma tridimensional, pero a lo mejor hay cosas que no habíamos contado y ahora las podemos experimentar tridimensionalmente y eso tiene sentido. Hay que ver lo que están haciendo otros sectores que van más avanzados en estos lenguajes y preguntarnos ¿qué hay aquí que me puede servir para el periodismo? 

La audiencia es cada vez más digital y si están acostumbrados a estos lenguajes, debes preguntarte ¿cómo me adapto yo a los lenguajes que ellos utilizan? Ese es el gran salto que tenemos que dar en periodismo si queremos sobrevivir.

FG. ¿Cualquier lector con un smartphone puede consumir realidad aumentada?

ED. Los filtros de Instagram y de Snapchat son realidad aumentada, una realidad aumentada sumamente básica, pero las herramientas con las que se hacen tienen un potencial mucho mayor. La gente está utilizando realidad aumentada sin darse cuenta.

FG. ¿Que tendrían que estar haciendo los medios que no tienen muchos recursos para empezar a experimentar con estos nuevos lenguajes?

ED. Yo les diría que aprendan de los filtros de Instagram. Hay herramientas gratuitas con las que cualquiera puede crear un filtro. Que empiecen a ver ejemplos de qué se está haciendo, de qué se puede hacer con ese potencial.

El New York Times ha hecho un trabajo que fue muy viral, en el que una mascarilla se amplía con un microscopio tridimensional y el usuario se introduce en ella. Querían explicar cómo es efectiva la mascarilla, cómo entran los virus, y eso lo han hecho con un filtro de Instagram. Es una experiencia en realidad aumentada e interactiva además. 

El Times estaba haciendo realidad aumentada con su propia tecnología, pero los últimos trabajos los han hecho directamente en Instagram. Eso te ahorra crear una plataforma propia. La tendencia es hacer realidad aumentada que se active en el navegador o dentro de Instagram, que no tengas que descargar nada. Y así tú como periodista te centras en la creación de contenido y no pones el esfuerzo en crear la plataforma.

"La tendencia es hacer realidad aumentada que se active en el navegador o dentro de Instagram, que no tengas que descargar nada. Y así tú como periodista te centras en la creación de contenido y no pones el esfuerzo en crear la plataforma".

FG. Parece que las redes sociales llevan la delantera en realidad aumentada. ¿Cómo puede el periodismo aliarse con ellas?

ED. Instagram tiene una herramienta que se llama Spark AR Studio. En el caso de Snapchat se llama Lens Studio. Son gratuitas y cualquier creador puede hacer un filtro y publicarlo. Si tú quieres lanzar cosas en realidad aumentada tienes que trabajar con estas plataformas porque son las que lo ponen realmente fácil. 

Hay muchas plataformas que te permiten hacer realidad aumentada para tu web pero las licencias son caras, entonces lo que puedes hacer es utilizar Instagram. Incluso el New York Times lo tiene clarísimo. Eso te ayuda a aprender el lenguaje, a crear expectativa y a ir generando el aprendizaje dentro de la redacción para que cuando esto ya esté más consolidado, tú ya puedas incorporarlo a tu medio.

FG. ¿Qué tan importante es la relación de los periodistas con los desarrolladores web y qué otros profesionistas se deberían ir integrando a las redacciones?

ED. Tienen que integrar ya perfiles distintos, por ejemplo los ingenieros multimedia que trabajan temas tridimensionales. O bien, un programador de videojuegos; se aprende muchísimo con ellos. 

Uno de los errores es pensar que la creatividad la hace el periodista y que este es quien crea los contenidos, mientras que los desarrolladores solo implementan. Eso no es verdad. Los desarrolladores son personas creativas que trabajan con tecnología; es muy importante entender eso. Desde su bagaje pueden aportar mucho a las historias y a la manera de contarlas.

En esta evolución es importante tener en cuenta que hay que integrar esos perfiles creativos que trabajan en tecnología. Hay mucho que aprender ahí. 

"Es un error pensar que la creatividad la hace el periodista y que los desarrolladores solo implementan. Los desarrolladores son personas creativas que trabajan con tecnología".

Para diferenciar los términos

Realidad virtual 

Es la experiencia dentro de un ambiente creado por un software que hace sentir al usuario que está en un mundo virtual, aislado de su propia realidad. Se trata de trasladar a la persona a experiencias fuera de su contexto real.

Ejemplo en periodismo: El País publicó en 2016 “Fukushima, vidas contaminadas”, un reportaje elaborado con video en 360º y sonido inmersivo que llevaba a los usuarios a recorrer virtualmente los pueblos afectados por el accidente nuclear ocurrido en 2011.

Realidad aumentada

Se refiere a la experiencia de introducir elementos virtuales generados por computadora dentro de espacios reales a través de un medio tecnológico.

Ejemplo en periodismo: El New York Times usó realidad aumentada para mostrar cómo el distanciamiento social funciona para evitar los contagios de coronavirus tomando como referencia espacios donde confluyen grandes cantidades de personas.

Sobre este proyecto

La Fundación Gabo en alianza con Google News Initiative buscan descubrir, analizar y presentar las más valiosas iniciativas de innovación periodística que se están produciendo en Iberoamérica.

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La selección de casos que se publican en este espacio está a cargo de Ismael Nafría (España), director de la revista National Geographic España, y Olga Lucía Lozano (Colombia), directora de En Modo P. La coordinación del proyecto desde la Fundación Gabo está a cargo de Karen De la Hoz, directora de comunicaciones.

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