Seis claves para entender la relación de las audiencias con los contenidos periodísticos
18 de Mayo de 2021

Seis claves para entender la relación de las audiencias con los contenidos periodísticos

Lecciones y consejos de Olga Lucía Lozano, maestra de la Fundación Gabo, durante el seminario web ‘La audiencia en tiempos de Netflix: periodismo digital y el pacto con el lector’.
Olga Lucía Lozano, maestra de la Fundación Gabo.
Kirvin Larios

En un mundo con cada vez más personas conectadas a internet, pero con una persistente brecha de desconexión y una falta de acceso todavía considerable, son varios los escenarios que se abren para el ejercicio del periodismo. En ese entorno acelerado en el último año con la pandemia, las narrativas transmedia han acogido una parte de los relatos periodísticos; los cambios que ha traído su desarrollo han nacido en paralelo con las conversaciones que las audiencias buscan tener con los contenidos que consumen.

En ese sentido, en el seminario web ‘La audiencia en tiempos de Netflix: periodismo digital y el pacto con el lector’, Olga Lucía Lozano, maestra de la Fundación Gabo, se preguntó “¿Cómo, para quién y con quién vamos a hacer periodismo en el futuro?” En la respuesta a este interrogante se encuentran —“nos guste o no”— las audiencias, que Lozano considera no un grupo cualquiera de personas sino una “ciudadanía”. Con ellas los periodistas tienen la misma misión de siempre: “Contar la verdad”.

Antes de tocar una serie de puntos para comprender las tendencias de cambio en los últimos años, Lozano se apoyó en cifras sobre el uso y la cobertura mundial de internet en el 2020. La pandemia significó, por supuesto, “una brecha grande en el análisis” en comparación con 2019, ya que han cambiado las circunstancias sociales y las condiciones en cuanto educación, trabajo en casa y otros asuntos. Sin embargo, el documento ofrece una vista general de la situación.

Según el informe anual sobre consumo digital realizado por la agencia We Are Social, las cifras arrojadas en enero de 2021 en referencia al uso de internet en el 2020 señalan que el consumo creció en un 7.3%, lo que se traduce en 316 millones de personas en todo el mundo conectadas a internet más que en 2019. El informe también deduce que el total de la población mundial con conexión a internet llegó al 59.9% .“Es alentador, pero también muy desalentador porque casi el 40% de la gente no tiene acceso permanente. Internet no es todavía lo suficientemente democrático en ese sentido”, dijo Lozano.

Una cifra que le “sorprendió” fue la del uso diario de internet por países. Filipinas, con un promedio de 10 horas y 56 minutos por usuario, está en primer lugar. Le sigue Brasil con 10 horas y 8 minutos y luego Colombia con 10 horas y 7 minutos. La media de la población mundial es aproximadamente de 6.5 a 6.6 horas. En cuanto a la cobertura en Sudamérica, las cifras hablan de un 72%; Centroamérica se encuentra 6 puntos debajo de este número y el Caribe 12 puntos ídem.

Las claves

1. La relación con las audiencias se construye emocionalmente

Lozano explicó que “en 2020 hubo un reverdecer de una vieja teoría” según la cual “el velo que separaba lo íntimo y lo público se iba definitivamente a rasgar”. Recluida en casa, la mayoría de la gente ha tenido que trabajar, crear, informarse, interactuar con los medios en una intimidad que también “empezó a permear a narradores periodísticos”. De eso han surgido “narrativas íntimas” justo cuando “la gente se sentía más lejos de los medios globales”.

Esto explica que “géneros como transmedia o crossmedia logren unir en contenidos piezas de información específicas para gente que está en plataformas análogas o digitales. Se ha constituido en el género más apreciado hoy, porque conecta a gente que sigue desconectada y la une en una misma conversación”.

Por eso, al preguntarse ¿dónde están las audiencias en tiempos de Netflix?, Lozano responde que están “donde la gente está contando las historias”. Con una creciente desconfianza en los medios tradicionales, en Colombia actualmente las personas “se informan, como lo hicieron en las protestas del 2019, a partir de lo que se publica en tiempo real”. Algunos medios “se han tomado el trabajo de pensarlo más allá, y a partir de la reportería que está en las calles se construyen historias verificables que sirvan para investigaciones”. Un ejemplo de ello se hizo en México con Forensic Architecture, proyecto en el que investigadores y artistas “reconstruyen un poco” la masacre de los estudiantes de Ayotzinapa. O el periodismo hiperlocal, concebido como “un periodismo próximo de servicio, en el que lo que se hace tiene que ser útil para la localidad, el barrio, el pueblo donde se produce”.

“La gente encuentra allí una relación emocional, una identificación con las historias que le permite sentirse parte del relato y de una conversación más ancha, donde se sienten interlocutores y no simplemente como audiencias dispuestas a ser informadas”, subrayó Lozano.

2. Las investigaciones mejoran con equipos multidisciplinarios

Una de las recomendaciones que hizo Lozano fue “empezar a usar tecnologías y trabajar con equipos multidisciplinarios que puedan indicar un camino más ancho de reflexión, y que además pueda trabajar en nuevas metodologías de construcción de contenidos y de circulación”. Es necesario mirar en ese sentido “lo transdisciplinario”, pues “así se hacen hoy las sociedades”. Más que seguir un medio, “la gente sigue gente a la que se asocia”, con quien considera que tiene “una conversación de pares” o le “aporta algo”. De la misma manera “se están construyendo hoy otros proyectos de emprendimiento”; lo que pasa en el periodismo “es sólo un reflejo de lo que está pasando en el mundo en otros temas”. Y esto “se escenifica en muchas plataformas actuales, en las que un grupo hace una cosa, otro hace otra, y todos ponen algo para sacar productos excepcionales de investigación que incluyen cientos de cientos de fuentes”. Algo así creó Lozano con el Proyecto Rosa, un transmedia periodístico cuya intención es generar narrativas de carácter multidisciplinario en torno a temas relacionados con el poder en Colombia.

3. No basta con la información, la gente busca ‘vivir’ el contenido

Hoy a la gente no le basta con tener una información que antes parecía útil per se. “Le basta una relación de una conversación más inclusiva, sentir que son identificados en las narrativas”. Las grandes narrativas de internet y también las análogas “son casi puestas en escena que hoy se plantean como una experiencia para vivir el contenido”. La gente “quiere trascender la idea de que simplemente se consume un contenido para tener tres datos o para oír los relatos. La gente quiere una relación”. Entonces los usuarios buscan “estructurar sus propios tiempos, a qué hora consumen y qué entienden por tiempo real”. En eso Netflix “es un modelo que recogió múltiples modelos de proveedores de contenido justamente en internet”. Añadió que “la gente no consume totalidades a no ser que esté convencida de que hay un modelo muy rico de oferta. Quiere justamente seleccionar qué quiere y qué no, y tener una oferta enorme que le permita elegir según su propio criterio”.

4. Es necesario leer y entender las tendencias

De acuerdo con algunos informes de consumo, una vez pasara el 2020 los teatros de cine auguraban un éxito ya que la gente se volcaría a ellos después del encierro. “Evidentemente no fue así”, porque han seguido cerrados y en Colombia y muchos países “siguen siendo una industria quebrada”. En medio de esto, advierte Lozano, se ha hablado bastante de videos. Los editores de contenidos y periodistas entienden que la mayoría de datos de lo que se moverá de ahora en adelante son los videos, así que deciden montar un video tras otro.

Tratándose del “lenguaje donde los usuarios más se conectan”, la decisión “tiene mucho sentido, pero tenemos que entender qué tipo de video ven los usuarios”, explicó Lozano. El tráfico de video está consolidado por todo lo que se envía por Whatsapp, que incluye chistes, bromas y videos que gente sube a YouTube. Por eso “hay que cuantificar cuánto es información hecha video, y cuando es así, cuál es el tipo de video que a un usuario le interesa consumir y por qué”.

Ver una tendencia significa sobre todo “entenderla, aterrizarla a nuestra tarea, que es la verdad y narrar esa verdad”.

5. La realidad virtual ya empezó

La inmersión “empezó a entrar ya”. Por un lado tiene que ver con la inteligencia artificial y los robots de búsqueda de información que hacen chequeo de datos y permiten establecer casos de corrupción. Por otro, ya existen primeros acercamientos al periodismo en realidad virtual y en realidad aumentada, como el proyecto de Eva Domínguez llamado NUSHU, de periodismo inmersivo para niños sobre temas globales. Lo que hace la realidad virtual y la realidad aumentada “es justamente expandir las narrativas sensoriales o las narrativas emocionales y básicamente te pone a vivir en ese lugar”. En ese entorno los periodistas “tenemos que entendernos como relatores, pero si ese paso no ha llegado antes, cuando venga quizá el periodismo esté atrás. Todavía lo que se hace en periodismo y en relatos periodísticos en realidad virtual y aumentada es poquitico. De todas maneras “es el camino que va venir” y no hay que hacerlo “con tanta sofisticación”. Existen “proyectos inmersivos muy pequeños, pero que a la gente le permite sentirse emocionalmente vinculada”.

6. Las audiencias primero

Las historias se piensan desde las audiencias y luego se piensa la pieza general y el formato de circulación. “Hacen parte del proceso integral, por eso se habla del periodismo inmersivo, que está ahí, donde las audiencias son visibles desde la creación del contenido hasta su finalización y viralización”.  Es decir, no nos acercamos a ellas sólo para que nos paguen, “nos acercamos desde antes, en la construcción de la historia, en la que las fuentes son visibles y todo el mundo siente que hay una correlación y una correspondencia de conversación en sus contenidos”.

Lo que está pasando ahora es que “las audiencias están cambiando el mundo”. El periodismo, las ciencias y todas las áreas están involucradas en ese cambio. En tal sentido, es vital entender una cosa: “El periodismo no son los medios, son los periodistas, y aunque la gente desconfíe de algunas marcas de medios sigue confiando incluso dentro de esos medios en algunos periodistas. Y tal como se va viendo habrá muchos tipos de sociedades, pero hay que entender que el periodismo siempre reposa en nuestras manos, no en las del dueño o en la orientación editorial de un medio. No, está en nosotros, y eso es lo que reclaman las audiencias”.

Sobre los ‘Ciclos de seminarios para un periodismo oportuno y cercano en Centroamérica’

El seminario web ‘La audiencia en tiempos de Netflix: periodismo digital y el pacto con el lector’ es el primero del segundo ciclo de los ‘Ciclos de seminarios para un periodismo oportuno y cercano en Centroamérica’, un programa de formación e interacción convocado por la Fundación Gabo, con el apoyo de Open Society Foundations, para periodistas y editores, que se realiza de forma virtual desde el 21 de abril y hasta el 10 de junio de 2021. 

 

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