¿Cómo debe la prensa enfrentar el rumor? ¿Debe haber alguna sanción ética para quien reproduzca el rumor? ¿Están algunas sociedades más expuestas a la expansión del rumor? Los manuales de estilo de los periódicos más importantes contienen normas claras sobre el rumor: "los rumores sobre los hechos no deberían ser calificados como noticias" (La Nación, Buenos Aires). "El periodista transmitirá únicamente hechos comprobables" (A. 205.2). "Los rumores no son noticia" (a. 2.05.07 El Tiempo, Bogotá). "El Comercio no publica hechos no verificados" (a 22). "Es obligación del periodista evaluar la veracidad de los datos que ha obtenido. Adjudicarla a una fuente que lo malinformó no lo exime de responsabilidad" (a. 42 El Comercio, Lima). "Los rumores no son noticia. Cuando el rumor sea utilizado por alguna persona o grupo como arma arrojadiza contra otro, se podrá denunciar el hecho, pero sin citar las acusaciones difundidas mediante esta argucia" (a. 1.13. El País, Madrid). "En El Colombiano los rumores no son noticia. En consecuencia no recoge ni imprime rumores ni su congénere el chisme. Estos pueden ser el germen de una noticia pero no alcanzan la entidad de una información segura y veraz para los lectores" (A 13, El Colombiano, Medellín).
La razón de este rechazo al rumor por parte de los periódicos, es porque se trata de una práctica que contradice la naturaleza técnica y ética de un medio de comunicación. Puesto que el producto de estas empresas es la verdad, y una verdad creíble y convincente, la publicación de rumores las expone a ser miradas por sus lectores como empresas ineficientes y engañosas y, por consiguiente, a la pérdida de su credibilidad.
Quien debe hacer algo frente a estas publicaciones de rumores y chismes no es sólo el periódico, también son los lectores quienes deben utilizar la ley para defender su derecho al buen nombre y a la fama. Si no hubiere instrumentos legales para hacerlo, deben crearse porque no hay libertad de prensa en el mundo que pueda servir como patente de corso para calumniar.
Documentación.
No existe política sin rumores porque el rumor es un contrapoder y por tanto es natural que los rumores proliferen en el terreno de la conquista y de la gestión del poder.
Según el autor de "Rumores, el medio de difusión más antiguo del mundo", en el arsenal de instrumentos de la guerra política el rumor goza de numerosas ventajas.
En primer lugar evita mostrarse al descubierto. La fuente permanece oculta, inaprensible, y misteriosa. Nadie es responsable, pero todo el mundo está al corriente.
Otra ventaja es que permite tratar temas que oficialmente no han tenido una versión de los gobernantes. Son los temas que se pueden comentar en las plazas y cafés sin que requieran de un apoyo o respaldo oficial.El rumor no requiere pruebas. Puede ser la obra de pequeños grupos y por tanto el arma predilecta de las conspiraciones.
La última ventaja es que el rumor no cuesta nada, es un arma sin un costo directo.
El rumor es una manera espontánea de tomar la palabra sin que medie invitación alguna. Es una expresión de una disidencia y los desmentidos oficiales no convencen. En este sentido es una forma de poner en duda a las autoridades, planteando quién tiene derecho a hablar de qué. Como información paralela y a veces opuesta a la información oficial, el rumor constituye un poder alternativo.
Pero quien aporta una serie de recomendaciones para enfrentar el rumor es José de Jesús González, presidente de la Asociación Mexicana de comunicadores organizacionales. Los siete consejos que da son los siguientes:No sólo debemos desmentir, sino explicar por qué el público creyó el rumor. Hay que explicar y educar al público para que no vuelva a caer en ese tipo de engaños.Es conveniente englobar el rumor en un contexto de negatividad y en general desprestigiar a quienes participan.Es fundamental contar con un capital de buena imagen. Una imagen positiva facilita las acciones antirrumor e impide que corran rumores.No pretenda desmentir racionalmente algo que no se transmite racionalmente. Cuanto mayor sea la fuerza emocional o simbólica del rumor, menos útil será un desmentido lógico y racional.Los rumores satisfacen algunos deseos profundos de la gente identifique esos deseos profundos y enfréntelos. No cometa el error de contradecir esos deseos de modo superficial.La fuerza del rumor radica en su repetición. Desmentirlo deberá tener una tasa de repetición similar a la del rumor.Mientras el rumor corre de manera interpersonal e intergrupal cuando lo enfrente busque que la gente se sienta involucrada en el problema.Javier Contreras Orozco
Universidad autónoma de Chihuahua. En Rumores, voces que serpentean. Artículo en Internet.