El tratamiento correcto de la información
20 de Noviembre de 2017

El tratamiento correcto de la información

Foto: Pixabay.com - Compartida bajo licencia Creative Commons.

¿Cómo debe tratarse la información sobre personajes como Charles Manson, a quien dedicaron ediciones especiales en las que revivieron las acciones nefastas por las que fue condenado?

Respuesta:

Si el periodista tiene en cuenta que es un servidor público a través de la información, la conclusión es que esta y cualquiera otra noticia deben ser de utilidad pública. Y como tales, esas informaciones deben destacar lo que sea bueno para todos.

Hay que tener en cuenta, por tanto que un ideal en el ejercicio profesional es que después del contacto del receptor con la información, pueda sentirse una mejor persona.

Para que esto sea así:

Usted les deja la tarea de juzgar a los jueces y usted se concentrará en los hechos, narrados sin adjetivos ni juicios.

Usted se propone destacar lo bueno, mostrándolo;  y registrará lo malo mostrando el daño que lo malo ha producido en las personas y en la sociedad.

Al documentar su relato, al mantener un rigor informativo hecho de equilibrio y de cuidado, usted fortalece la credibilidad necesaria para merecer la confianza de su lector.

Usted antepone a toda lealtad, la que le debe a su lector. Por tanto nada tienen que ver con sus motivaciones ni la circulación de su medio, ni los intereses de la empresa del medio, ni sus propios intereses; porque lo único que usted tiene en cuenta es el interés de los que conocerán los hechos a través de su información. En interés y beneficio de ellos es lo único que cuenta para usted.

Documentación

El público tiene hambre de noticias y nació de ahí la carrera febril para satisfacer esa demanda, como si se tratara de un buen indispensable.  La producción de noticias aumentó rápidamente, incluyendo, fatalmente, una cantidad impresionante de imitaciones de la verdad. y muchas invenciones con el objetivo de dar gusto al lector. Todo ello favoreció  las ventas y la audiencia, sin ninguna relación con el rigor de la profesión.

Ha ocurrido algo más.  Hemos asistido de manera más clara de lo habitual al nacimiento de noticias por encargo, o sea por exigencia de popular, un fenómeno que, sin embargo,  cada vez es menos insólito en el periodismo de hoy.

Las noticias por encargo no son una falsedad. Son acontecimientos sacados de otros acontecimientos aislados, e identificados como noticia porque un filó de argumentos o un tema dominante piden que las informaciones periodísticas lleguen con disponibilidad, con frescura, con frecuencia.

Como siempre ocurre cuando existe una fuerte presión popular, cada una de estas noticias por encargo se convierte, a su vez, en fuente para otras fuentes: un diario  la toma de una emisión de radio, que la pasa a un noticiero de televisión. Así la nueva noticia puede ser lanzada , en el transcurso de una conferencia de prensa, por una de las partes en litigio de modo que su respuesta pueda, a su vez, generar un nuevo filón de temas. Habitualmente en al evolución del tema de indiscreción a noticia y a noticia de la noticia, se crea un episodio colateral como, por ejemplo, el comportamiento de una de las partes durante el transcurso del casi nada al casi todo.  Ese hecho genera una rama separada que, a su vez, genera otras dando lugar alrededor de los pocos matices verdaderas a un verdadero árbol de Navidad de las noticias, en el que cada luz nueva que se enciende depende  de la luz que ya se había encendido.

Excelentes posibilidades de ser publicadas tienen también las noticias promoción. Llegan confeccionadas con astucia y habilidad, desde las oficinas de prensa y tienen especial efecto en el campo de la producción de bienes efímeros, como el espectáculo y la moda, donde incluso el reportero más atento no tiene ninguna posibilidad de confrontación. Pero la comercialidad de la noticia así creada, hace inevitable su difusión.

Furio Colombo: Últimas noticias del periodismo. Anagrama, Barcelona, 1997. P. 66, 67

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